sábado, 26 de marzo de 2016

A Argentina. Un preámbulo.

¿Por qué Argentina? ¿Por qué? 

Amo ese acento. Sin embargo no sé cómo describirlo. Amo a algunos argentinos o debería decir, los admiro. Escritores, músicos, actores, en fin, artistas. Todos ellos reúnen cualidades que siempre, consciente o inconscientemente busqué.

Pero ¿Acaso no podrían haber sido Colombianos o Venezolanos? ¿Por qué Argentinos?  

Mi primera aproximación con Argentina fue por Soda Stereo, creo. En realidad no lo recuerdo muy bien. No sé como pase del new metal a la música popular argentina. Un día ya estaba escuchando a Cerati y contorneandome con sus palabras en medio de melodías.

Luego pase por enterarme de Sábato. Fue por aproximación. Mi ex Yvan estaba leyendo "El túnel". Se sentía identificado con el personaje principal. Y como yo seguía enamorada de él, quería empaparme de todo lo que el consumía. 

Después por cosas que aun no descubro, empece a escuchar a Páez, Calamaro, Cerati como solista. Y, Spinetta, mi Odradek de carne y hueso. Mi futuro tatuaje en la piel y el alma.



Luego regresó Sabato con fuerza por Aarón. Él estaba leyendo "Sobre Héroes y tumbas" y dijo que esa era nuestra historia. La empece a leer y quede sorprendida. Paso algún tiempo, él y yo nos separamos y vino Cortázar, volvió Pizarnik y Borges, etc.




Seguidamente las películas argentinas. Darin. Mil veces Darin. Y otras donde no actuaba precisamente él pero eran argentinas.




Finalmente el Che Rubén. En el viaje a Cusco del año pasado lo conocí. Estuve a punto de enamorarme pero no pasó. Allí mi amor por Argentina creció como solos algunas cosas crecen y se mantienen.


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