Tengo penas de muerte acumuladas. Y el taxista me pregunta - ¿Qué haces por la vida? - Respiro. Quiero que se calle y escuchar la musica de mi celular a todo volumen. Olvidarme por un momento quién soy y cuál es mi realidad.
Tener el tobillo dislocado me duele demasiado pero me llena de adrenalina. Una emoción fuerte en mi plana vida. Difícil de explicar. Quisiera que pase un temblor y se abra la pista, bajar del auto y observar esa bella obra de arte de la naturaleza. Sería sensacional.
Pero estoy en un auto, con la cabeza pegada sobre la ventana pero volando por otros lares. La música me lleva a escenarios bellos donde solo allí puede pasar lo que tanto quiero. Para una T.L.P es difícil dejar de volar. Pero pronto llega el aterrizaje y todo se vuelve horrible, un infierno dantesco, un 1+1=2, todo es predecible como las palabras de los políticos. Como las palabras de los enamorados.
Me duele demasiado el tobillo pero eso me hace sentir viva. Atorarme con la comida me hace sentir bien, ese momento en el que no sabes si el bolo alimenticio va a pasar o no es inexplicablemente bello. Cuando tengo sueños lúcidos y veo criaturas extrañas alrededor de mi cama y no puedo moverme ni hablar es increíble.
Esto es una montaña rusa. Ahora estoy en la parte plana. Ya voy a llegar a la clínica, me inyectaran algo para el dolor y esa será la subida empinada, esa que te deja con un vacío en el estómago. Pasara el dolor, tomare analgésicos y habre bajado de la montaña rusa. ¿Cuánto dura esto? No lo sé. Pero contemos las estrellas, esto es algo similar.
