miércoles, 2 de noviembre de 2011

Nunca los odie


Nunca odie a mis padres. Es decir, tengo suficientes motivos como para guardarles rencor. Ese rencor del cual una de las personas representativas de este año es presa; pero no, nunca odie a mis padres. No lo suficiente como para dedicarles extensos párrafos llenos de ira y resentimiento. No tanto como para ponerme a contar sus defectos y errores. 

Por el contrario, siempre fui fiel presa de los delitos de amor. Siempre fui una necrofilica. Nunca me gusto enterrar a mis muertos, como él lo diría. Siempre en mi afán por querer olvidarlos he vuelto a armar recuerdos como si se tratase de un rompecabeza. Y cada vez que estaba a punto de enterrar uno, llegaba la proxima victima. 

Debo admitir que mas de una vez he deseado que mi problema sea familiar, que mi inestabilidad sea a causa de mi rencor hacia uno de mis padres, que ellos gobernaran mis estados de animo. Sin embargo no se puede tener todo lo que se quiere. Seguiré organizando más velorios y cavando más tumbas. A menos que la terapia sea tan milagrosa y efectiva que cambie mis esquemas emocionales en 360 grados. Eso sería magnifico. Pero también sería demasiado bueno para ser verdad.


No hay comentarios: