domingo, 26 de mayo de 2013

Desmierdando al artista



 
Sólo atino a leer. Este no es exactamente el libro que estoy leyendo pero grafica lo que quiero decir.

Necesito crear pero no puedo. No me sale nada. Mis dedos no botan su veneno. Sólo atino a leer y leer. Y cada vez que lo hago siento que debo empezar a escribir y cuando estoy a punto de hacerlo, a punto de cometer ese asesinato, me doy cuenta que el revolver no tiene balas.

Muchas veces pensé dedicarme a la pintura pero hace años que no pinto. El último cuadro que pinte por completo fue el de un auto retrato tocando la guitarra, solo que en este caso yo tenía el cabello verde. Luego los demás cuadros quedaron a medias. Como todo lo que hago, inconcluso. Mi carrera, mis relaciones de pareja, mis proyectos musicales, las cosas que digo que aprenderé, yo por completo. Puede que hasta yo este incompleta y me falte algún órgano o algún dedo, total no sería raro que no me haya dado cuenta. Ni mis manos veo

Ahora me he obsesionado con la maldita novela. Aquella que quiero escribir sobre lo que pase con A. Y siento que mientras no me apure en escribir la novela, mis sentimientos hacia él se irán extinguiendo de a pocos. Tengo que hacerlo ya mismo. Siempre pienso lo mismo. Pero no sé cómo empezar, como enganchar con el lector, como terminar. No sé porque diablos tuvimos que terminar; quizá así ya no hubiera llegado la idea de escribir esa novela. Aunque ahora que lo pienso sé que tarde o temprano yo me hubiera cansado y quizás la que pedía un tiempo para alejarse hubiese sido yo. Si, eso hubiese pasado.

Yo siempre he considerado que si uno va a escribir sobre algo, debe hacerlo ya. No pensar en cómo lo va a hacer, eso es una tremenda pérdida de tiempo. Y yo he estado perdiendo el tiempo todos estos años.

La creación necesita del orden y del desorden a la vez, esa sea quizá la razón por la cual me encanta crear. Orden para armar un horario y fijar las horas a las cuales te pondrás a escribir. Y el desorden porque todo caos genera o CREA algo.

Tengo tantas cosas que contar. Pero no tengo balas

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