Por muchos años me senti identificada con Lizzie. Con su peinado, sus ojos, su cabello, su "go to hell" que escondian una depresion marcda a lo largo del tiempo, esas ganas de saber porque vives, ese perfeccionismo, esa angustia por querer acabar con todo eso de una vez sin intentar nada por cambiar.
Ese afan de no involucrar a su familia a pesar de toda la mierda que paseaba por su cabeza: pero las cosas cambian. Aun tengo un poco de Lizzie pero los golpes de la vida te hacen entender que no se logra nada encerrandote en tu propio mundo. Aun tengo un poco de Lizzie. A veces no quisiera sacarme los audifonos y dejar que la música maneje mis emociones.
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