domingo, 5 de febrero de 2012

Aquellas casi 24 horas.

Jóvenes e ingenuos
No me detuve a pensar que tenia que retroceder y evadir un lindo momento pero quizá, para mi, peligroso. No me puse a contar con los dedos los minutos que me faltaban para llegar a ese lugar. No le pedí a ninguna estrella ningún deseo. No le agradecí a Dios por haberme regalado nuevamente esa oportunidad. Y no pienso hacerlo.

Solo me puse pálida, mucho más de lo que ya soy. Me puse más fría que el océano, como diría Shirley Manson. Tuve nauseas y espasmos en el pecho. Si, también ese conocido nudo en la garganta. Tartamudeaba hablando conmigo misma. Tropezaba con mis propias palabras y creía que tenía la razón. Como siempre ella en su mejor papel.

Llegue antes de lo acordado. Sabia que llegaría antes; por ello baje unas cuadras antes. En el camino fume, escupí, llame, timbre, sonreí, volví a tropezar. En el camino recordé lo que hace tiempo olvide. Me puse a imaginar lo que harías, lo que yo diría, lo que callaría. Imagine nuestra despedida y decidí no llorar. La decisión mas difícil de todas. Quizá hacerme la seria ayudaría - pensé. No sirvió de mucho, al final uno siempre termina desnudándose. O en el mejor de los casos, terminan desnudándote.

Te quise llamar para avisarte que había llegado y preguntarte donde estabas. Pero sentí que malograría ese momento si lo hacia. En cierto modo quería sorprenderte. No, no esperaba un abrazo y un "Holaaaa ¿como has estado?" Te conozco lo suficiente como para saber que no harías eso. Lo cual tampoco quiere decir que no te dio gusto volver a verme. Aprendí que hay algunas personas que quieren mejor escribiendo. Y otras que lo hacen mejor dibujando.

Algo me decía que regresaría a casa sabiendo que eras feliz con ella y que "las cosas pasan por algo". Quizá por ello fue que por un momento dude sobre ir a ese lugar. Llámalo un mecanismo de defensa o una simple manera de protegerme. Sea lo que sea, había algo que me decía "contrólate y se cautelosa". Y eso fue lo que hice.

De lejos te reconocí. Por el cabello, por la bicicleta, por la manera de mirar el mar, por ... todo. Me causo mucha gracia que empecemos la conversación como un par de desconocidos. Quizá antes me hubiera dado mucha cólera. Pero todo lo que pasamos tenía que servirme para conocer, al menos, eso de ti ¿no? No miento cuando te digo que siento que recién te estoy conociendo. No quiero decir que no te haya conocido antes. Aún mantienes esa esencia de "niño inocente" aunque ahora ese niño se haya vuelto un poco rebelde. Lo que quiero decir es que ahora mas que nunca estoy disfrutando de todo ese proceso de "conocer a una persona", lo cual antes significaba para mi una odisea. Ya sabes, Gloria solía ser impulsiva y no le gustaba esperar. Ella quería obtener los resultados cuanto antes.

Amé esas casi 24 horas conversando, riendo, cantando (en mi mente), mirándote a los ojos, haciéndonos preguntas inocentes. En la bicicleta, en la calle, en el sillón, en la ventana, en "tu lugar". Con el cabello suelto,    con el cabello amarrado, con la trenza que me hice, con el moño que me hice. Los chistes que conté, las veces que reíste, las veces que me callaste (también). La galleta, la gaseosa, el cigarro. El gato blanco, el gato negro, el gato plomo, el de ojos tristes, el de ojos grandes, la araña enorme. Las veces que te cansaste y nos sentamos, las veces que me canse de estar sentada y caminamos, las canciones en el IPod, las telarañas, las cucarachas. El abrazo, el beso, mi cabeza sobre tu hombro, mi mano sobre la tuya. Los carros que no aceleran, los carros que van a mucha velocidad, la gente, la catedral, tu casa, tú.

Y es que ellos tenían razón: Tarda en llegar y al final, al final hay recompensa. Al igual que tú, ellos también tardaron en hacérmelo saber. Pero mas vale tarde que nunca. Hay lecciones que tardan un año en llegar a nosotros. El tiempo es aquel que se encarga de decir las cosas, de darnos lecciones, de darnos sorpresas, de darnos malas noticias también. Es el tiempo el que se encarga de curarnos y a veces... solo a veces, ... de darnos nuevas oportunidades.


Para  A.

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