domingo, 12 de febrero de 2012

Mi mejor obra de arte.

En esos tus ojos...
No me da miedo superar al más grande de los escritores o al más grandes de los pintores. Lo que me aterra es superarme a mi misma. Tengo tanto miedo cuando las personas esperan mucho de mi que prefiero dejarlo todo. Sé que tengo talento, creatividad, llámalo como quieras. Sin embargo muchas veces siento que lo que hago es inútil, un insulto al arte, un total bodrio. Me falta creer en mi, creer que puedo hacer muchas cosas y que si no lo intento jamas lo lograré.

Recuerdo que antes solía ser demasiado tímida, aún lo soy, pero ya no tanto como aquellos tiempos. Me costaba iniciar la conversación con alguien y peor aún, me era imposible mirarle a los ojos a la persona que me gustaba. Prefería huir de ese tipo de situaciones. O que otros se encarguen de hacerle saber a esa persona que había una chiquita que se moría por conocer su nombre.

Las cosas no han cambiado mucho desde entonces. Pero fue en el 2010 que todo eso dio un giro enorme. Yo recién salía de una relación tormentosa y casi tele novelesca; una de esas mexicanas. Un relación de casi 4 años, una relación que tenía que terminar, de algún modo u otro, pero tenía que ponerle un fin. Esa vez no fui yo quien dio el tiro de gracia, fue él. Pero eso es lo de menos. Por algo tenían que pasar las cosas.

Una madrugada del mes de octubre mientras me perdía entre páginas web y balbuceaba alguna canción de Bowie, vi su foto. Esa foto que quieras o no tienes que colocar en tu "foto de perfil" del facebook para que así la gente sepa quien eres. Todavía recuerdo la foto, Era una en sepia, donde su mirada parecía perdida. Debo admitir que me dio un poco de  miedo y curiosidad a la vez; como si estuviese a punto de adentrarme a un mundo totalmente desconocido. Sin embargo eso me atraía aún más.

Eran aproximadamente las 2:00 a.m. o quizá un poco más tarde. Eran las dos de la mañana y me atreví a darle click sobre ese rectángulo que aparece al costado de la foto de perfil. Eran las dos de la mañana y decidí que fueses mi "amigo". Primer paso que daba, y para venir de mi, eso ya era mucho. Pasaron algunos minutos y él ya me estaba saludando aunque en realidad jamás nos dijimos un "hola, ¿que tal?". Es como si nosotros hubiésemos aprendido a hablar en el mismo idioma mucho antes de conocernos o quizá deba decir reencontrarnos. "Rojo" fue su palabra de presentación y "Chocolate rojizo" mi saludo. Lo recuerdo como si hubiese pasado ayer.

Ese mismo día sabía que entre él y yo pasaría algo. Algo que iría mucho más allá de lo efímero. Y fue desde entonces que supe que podía volver a querer. Aún recuerdo con una sonrisa en los labios aquella vez que, a mi manera, le decía que me gustaba. La primera entrada que le escribí. Aquella vez que lance al tacho de basura mi temor y decidí invitarle al tributo a Pink Floyd. Esa noche que mandandole a la mierda, le hice saber cuanto le quería. Era probable que me haya rechazado pero no me importo. Un chico con ese par de hermosos ojos no iba a fijarse en una chiquita medio atormentada con sus problemas existenciales. Pero ... El que no arriesga no gana. Y yo gane los mejores tres meses de mi vida. 

Y fue así que logré la mejor de mis obras. El mejor de mis dibujos, la mejor de mis pinturas, la más hermosa de mis canciones, mi mejor fotografía. Creí en mi, creí que podía lograrlo, hice el intento.y paso. ¿Que hubiese pasado si no le invitaba a salir? o peor aún ¿Que hubiese pasado si ni siquiera me hubiera atrevido a  agregarlo? Quizá estaría sobre mi cama pensando en aquel muerto que jamas pude enterrar hasta que apareció él. Probablemente hubiese llegado a conocer "su lugar", me hubiese cruzado con él y nos hubiésemos quedado viendo el mar hasta que uno de nosotros, por fin, se haya a atrevido a decir "hola, ¿que tal?"

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