martes, 21 de diciembre de 2010

Octubre

Es como los besos de los ancianos- le decía yo. El me miraba contrariado. No me gustan, los noto vacuos. Le miro el rostro y trato de arreglar lo que acabo de decir. Sus ojos parecen perdidos. ¿Sera lo que dije? Yo solo esperaba un beso y así arreglar esa no tan excitante escena.

Nosotros sabemos que con un "i love you" con errores ortográficos no sentimos ni mierda. Preferimos los bares de antaño y los roces por encima de la ropa. Digerimos el amor mordiendo de a pocos. Nosotros no nos queremos, estamos ilusionados. A mi me ilusiona su habilidad para tronar los dedos cada vez que recuerda algo. Y se que a el le encantaría regar mi cabello para que éste crezca de una vez.

Cada vez que caminamos no hay rumbo alguno. Suficiente con los pasos que damos acompañados del humo de los cigarrillos. Yo no se fumar y nunca se lo había dicho. Pero ese sabor que deja el cigarrillo en sus labios siempre me encanto.

Ahora parece que aquel mar puso en nuestros ojos una herida, ¿no crees?. El sigue silbando aquel sonido que tanto me enerva. Los perros siguen paseando por la berma. Y mis dedos siguen tan inquietos por tocar sus manos.

He perdido la noción del tiempo. Papá me timbra y timbra; y yo trato de obviarlo. Yo andaba contemplando las estrellas y dándole forma a las nubes. Recordaba la primera vez que lo bese. Recordaba los cortes en mis brazos. Y como conjugaban nuestros labios aquellos verbos románticos.

Acabo de despertar y he perdido el sueño, lo he perdido a él. Estoy sudando y no dudo ni un minuto en llamarlo. Le digo todo lo que quiero y no quiero. Paso mi lengua por mis labios, habito que tengo cada vez que me pongo nerviosa. Me contesta y empiezo a gritarle que lo quiero y que no me importan las cantidades. Nunca fui buena para las matemáticas. Nunca fui buena para la física. Solo fui buena para escribir, sentir y entregarme.

Ambos se ríen como nunca lo hicieron. Él cuelga el teléfono y sabe que en dos años se encontraran así no lo quieran. Ella coge un cigarrillo y lo lanza contra la pared. Hay una sombra que se acerca hacia el cigarrillo. Una sombra que va cobrando voz la cual le empieza a cantar:

"Y aunque nada sea eterno, tengamos la fiesta igual. Y vamos a emborracharnos, vamos a reventar esta noche mi amor"

No hay comentarios: